Experiencia OMICRON en los colegios


Sabíais que Enero solo tiene 31 días? Yo este mes he contado 876789 días en total. Ha sido el más largo de la historia de la educación en España. 

Desde el Ministerio de Educación nos han tomado por la única alternativa de conciliación familiar, siendo el recurso fácil por su parte para no ayudar a las familias si sus hijos se confinan siendo ó no positivos en COVID. Y es una vergüenza que un país desarrollado y con tantos recursos deba estar en estas condiciones que ni son educativas ni son conciliadoras con las familias. Luego preguntarán que porque baja la natalidad en España... no quiero politizar este tema, solo doy la visión real de lo que ocurre en nuestro sistema educativo y dónde apoyo conscientemente a todas las familias que tienen que ir cada día a trabajar para poder dar de comer a esos hijos que en ocasiones están enfermos y el único recurso que les da el estado es llevarles a los centros de educación.

Con esto, continuo mi experiencia de este fabuloso mes y que continúa durante este trimestre cuesta abajo y sin frenos... 

Mi experiencia ha sido satisfactoria dado que 1, no tengo hijos a mi cuidado, 2, he sido negativo en test de antígenos hasta el día de hoy, 3, mi pareja teletrabaja, 4, el centro donde trabajo es todo un orgullo de hacer las cosas bien por los peques, pensando en las necesidades familiares tanto de alumnos como de profesorado y realizando los protocolos claramente mejor que Sanidad, y 5, mis compañeras al pie del cañón y apoyándonos. También añado que creo que las familias del centro han sido un apoyo increíble realizando confinamientos y test a los pequeños, y ayudando en todo momento aún sin tener más recursos que la propia escuela. Y aunque el agotamiento es visible en mi, porque cada día era una aventura y una sorpresa, estoy feliz de pertenecer al ámbito de la educación.

Como no todo es maravilloso, os dejo las experiencias reales de gente real, profesores, familias, directivos de colegios... Muchísimas gracias a todos por participar y dejarnos vuestros comentarios.

Empezamos????

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A inicio de curso, yo pensaba que este curso iba a ser mucho más relajado que el anterior en cuanto al tema Covid, por lo que podríamos comenzar a retomar actividades que se quedaron suspendidas durante el curso pasado. Sin embargo, está siendo mucho peor que el anterior.

Por un lado, no ha habido una mejora en las medidas en los centros educativos, con lo que todo sigue igual y, por otro lado, todavía no se pueden desarrollar actividades grupales dentro o fuera del aula de una manera normalizada. Además, los niños están cansados y los docentes también. Eso hace que la exigencia emocional sea muy alta, especialmente en este mes de enero, donde ha habido infinidad de casos Covid entre el alumnado y el profesorado. Debido a ello, existen momentos de desánimo tanto en los alumnos como en los maestros, y debemos tirar de imaginación para recuperar la motivación. A nivel de centro, la burocracia sigue aumentando., y a veces no queda tiempo para desarrollar proyectos para la mejora de la calidad educativa. Cuando termine el curso, creo que la administración debería replantearse la necesidad de invertir más recursos en los centros educativos y eliminar una gran parte de la burocracia. 
Toni García. Global Teacher Award 2021, Mejor profesor de primaria 2018. Región de Murcia

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La vuelta tras las vacaciones de Navidad no he dejado de significar un gran reto para todas las comunidades educativas de los centros escolares. En mi escuela debo de señalar el hecho preocupante de los educadores afectados lo que ha supuesto ausencias a cubrir por el resto del personal, más en el equipo que en el alumnado. Algo que mental y físicamente agota por el mero hecho de que la organización cambia a diario. Planificar semanalmente resultó muy complicado. Todas las familias del centro han respondido bastante bien informando de las situaciones que sucedían en sus casas, así el resultado era un buen análisis de los posibles casos que en los alumnos podrían surgir.

El alto poder de contagio y los cambios de protocolos han contribuido a que los centros educativos sean donde el virus campa a sus anchas como en otros sitios. Quiero agradecer a todo mi equipo la gran labor de colaboración, apoyo y buen hacer en sus competencias laborales….Y sobre todo la buena disposición en su día a día. Son retos  profesionales que nos hacen superar cada momento.
YBR – DIRECTORA EEI LA PRINCESA

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Ahora en febrero, e intentado mirar a enero desde la distancia, puedo decir que de momento para mi ha sido uno de los meses más duros. 
Nos fuimos en diciembre cruzando los dedos y librándonos de que entrase el covid en la escuela.
 Pero la vuelta, fue muy diferente. Desde el minuto uno entro Omicron por la puerta, en la primera semana tres aulas confinadas, donde no paraban de salir niños positivos y compañeros contagiándose. 
Con un protocolo nuevo, con cambios continuamente y con muy poca información por parte de sanidad.
Mi sensación durante todo este mes ha sido de un gran abandono.
Pero por suerte, también puedo decir que, una vez más he podido ver como mi equipo ha estado al pie del cañon. Gracias a todos ellos hemos podido salir adelante en este durísimo mes.
Las familias también nos han ayudado mucho y lo han tenido muy complicado, porque para ellos también ha sido muy difícil confinarse con los niños, teletrabajar, ....
Solo puedo decir muchas gracias a las familias y al equipo de Los Madroños, hemos dado una gran lección.
Equipo directivo EEI LOS MADROÑOS

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Mi experiencia de la vuelta al cole con Ómicrom ha sido muy mala, ya que mis dos niños han pillado el covid y por lo tanto en casa todos, al parecer se contagia más fácilmente y hay más niños contagiados mi niña mayor lo a pasado peor esta vez por más que esté vacunada así que eso de que se coge como un resfriado para nada a ella se le bajó el oxígeno que casi la tuvimos que ingresar felizmente lo pudimos controlar y no pasó mayores pero el susto nos lo dimos, sólo esperamos que todo ésto pase pronto y volvamos un poco más a la "normalidad" en el cole .
Julia, madre y enfermera. @loslokibrothers

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 En mi caso estoy en un aula de cuatro años. Esta semana han confinado a los peques porque ha habido siete positivos. Creo que el cambio de protocolos no ayuda en el caso de las aulas burbuja porque se extiende rápidamente y al final se cierra el aula tarde y con muchos casos lo que supone aislamiento de más familias que no saben qué hacer pues tienen que ir a trabajar y no dan soluciones respecto a la conciliación de la vida familiar.
 Además tardan una semana en hacer test de antígenos desde el primer contagio. Es un lío total.
Pero salvo el cambio constante de protocolos que no se sostiene mucho, desde mi perspectiva, en el cole la verdad es que las cosas siguen como otros años respecto a medidas de seguridad: gel, toma de temperatura pero poco más porque infantil al ser aula burbuja puede trabajar sin distancia de seguridad. Así que lo peques vienen al cole contentos y como siempre. La situación está normalizada hasta que aparecen casos.
Marina, maestra. Castilla y León

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Pues ha sido complicado, sobre todo por el momento conciliación, los 2 trabajamos fuera de casa y m tranquilicé (xq estaba bien) q mi pareja diera positivo para que así se pudiera quedar con el mayor porque después de haber estado una semana en casa confinado x haber dado positivo, le confinan xq en su clase hay un brote, creo q no le deberían haber confinado xq ya lo pasó y son niños q llevan mascarilla y vacuna.

Como profesora de niños de primer ciclo, los cuales no llevan mascarilla reivindico que nos pongan filtros Epa (creo q se llaman asi) xq estamos muy desprotegidas y estamos cayendo todas, nosotras nos contagiamos y al mismo tiempo a nuestras familias
Ainhoa, educadora infantil y madre. Madrid

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Tras el parón navideño, volvimos a las aulas, pero no fue como nos han contado las administraciones. Ojalá. La realidad, la de verdad, es que volvimos en plena ola de contagios, tanto fuera como dentro de los colegios, con protocolos, en muchos casos, inmóviles, absurdos e ineficaces (¿Que cuál hubiese sido eficaz? Pues la bajada de ratio, por ejemplo). La vuelta no pintaba bien, y los pronósticos se cumplieron. 
Desde mediados de noviembre no estamos todos en clase, se ha normalizado, tristemente, el que tengamos sillas vacías debido a los confinamientos, pero estas semanas de enero han sido, sin duda, las peores, con diferencia, de toda la pandemia, y mira que llevamos ya bastante a las espaldas. El primer día lectivo de enero ya comenzamos numerosas bajas por COVID en el cole, muchas, muchísimas; a las que, un día tras otro, se fueron sumando más y más personas: alumnado, profesorado, familiares. Eso hizo que cada día encontrásemos más sillas vacías en todas las clases, aulas enteras confinadas, más bajas sin cubrir, por lo que, los que aún quedábamos en el cole, teníamos que multiplicarnos para poder llegar a todo, atender a los que estaban en el cole, a los que estaban confinados en casa, pero bien de salud... En definitiva, un caos. 
Y, en ese caos, intentar mantener vivo el cole, intentar seguir programaciones, intentar explicar y dar clases, intentar que el alumnado que allí estaba viviese su cole con optimismo, con alegría, con ilusión y con tranquilidad, alejados del caos que nos envolvía a los mayores. 
Los pocos alumnos que iban quedando en clase vivían con algo de angustia eso de ver cómo el cerco se estrechaba mientras nosotros, los profes, tratábamos, y tratamos, de transmitir calma y tranquilidad, haciendo, por ejemplo, videollamadas con los que estaban en casa, para que se viesen, charlasen un rato y comprobaran que estaban bien, que era lo que más les preocupaba; y para que los que estaban en casa, de alguna manera, siguiesen (si su estado de salud lo permitía) conectados, de alguna manera, a sus compañeros de clase, que les aportaba mucha tranquilidad. Afortunadamente, nuestros niños y niñas se han ido reincorporando al cole y su paso por el COVID ha sido bastante leve en la mayoría de los casos, no así en el caso de algunos de nuestros profes, que lo han pasado realmente mal, y aún viven con secuelas. 
Ha sido un mes de enero terrible, durísimo. El nivel de cansancio es como si hubiese pasado un curso entero, y han sido poco más de tres semanas. Eso, sumado al desgaste ya acumulado del curso anterior y de aquel trimestre del confinamiento (qué duro fue), han hecho mella, y mucha, en toda la comunidad educativa. Mella con la que toca afrontar el resto del curso, que todavía es bastante. Esa es la realidad que hemos vivido, y estamos viviendo, en las aulas. 
Pero hay otra realidad que tampoco se cuenta y que todos deben conocer. El esfuerzo titánico de la comunidad educativa, la de a pie de aula, por mantener vivo el sistema educativo cuando más difícil estaba, y abandonados, una vez más, por las diferentes administraciones educativas. La ejemplaridad de nuestros niños es increíble, son enormes, les debemos muchísimo, me siento muy orgulloso de todo mi alumnado, y así se lo hago saber cada día, porque lo merecen. Pero quiero aprovechar para, una vez más (y no me cansaré de hacerlo nunca), agradecer, de corazón, la inmensa labor en los tiempos más duros que están realizando todos mis compañeros y compañeras de profesión. Máximo respeto y admiración por lo que estáis consiguiendo sacar adelante. Sois el mejor tesoro de nuestro sistema educativo. Somos un equipazo. 
Y a todo el que lea este pequeño y breve resumen de nuestra vuelta al cole en enero, enviarle un abrazo enorme y sincero. Ya sabéis, seguimos juntos en esto. 
Profe Ramón 

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Maestra. Andalucía.
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Profesor.

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La vuelta al cole ha sido con mucha incertidumbre y como bien se auguraba los casos han ido saliendo poco a poco y generando miedo y más incertidumbre a familias y docentes.
Los padres han tenido que llevar si o sí a sus hijos al cole porque su situación laboral y porque el vacío legal no ofrece conciliación familiar.
En cuanto al cole, a pesar de que los casos han ido creciendo, el miedo de los docentes y los ánimos también. Se nos ha llamado a reunirnos todo el claustro de forma presencial.
Hay una orden de inicio de curso que dice que en nivel 3 o 4 deben hacerse online. Pero el equipo directivo no interpreta eso para este punto en el que nos encontramos y dice no tener conocimiento de consejería ni inspección...
Ante esta situación el claustro obedece y se reúne, con miedo y sin ganas. Con el ánimo muy mermado... y además no se hacen pruebas, si previamente no tienes síntomas claros o un antígeno previo positivo.

La sensación es estar desprotegidos por la administración, que ven en los centros educativos un lugar donde dejar los niños mientras el país funciona. Un equipo directivo que no cuida a sus trabajadores y les da más presión aún y miedo, porque se sabe que hay familias que, ante no saber que hacer con sus hijos por falta de normas y medios, los traen al cole aún con sospecha de posible contagio.

Esa es la sensación general. Cómo estar en una ruleta rusa 🤷🏻‍♀️
Anónimo, Extremadura

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